skip to main |
skip to sidebar
ABSURDO
El Maestro no dejaba de restregar un ladrillo
contra el suelo de la habitación en la que
estaba sentado su discípulo, entregado a la
meditación.
Al principio, el discípulo estaba contento,
creyendo que el Maestro trataba de poner a
prueba su capacidad de concentración. Pero
cuando el ruido se hizo insoportable,
estalló: «¿Qué diablos estás haciendo? ¿No
ves que estoy meditando?»
«Estoy puliendo este ladrillo para hacer un
espejo», replicó el Maestro.
«¡Tú estás loco! ¿Cómo vas a hacer un espejo
de un ladrillo?»
«¡Más loco estás tú! ¿Cómo pretendes hacer un
meditador de tu propio yo?»
ANTHONY DE MELLO
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Lo que eres me distrae de lo que dices.
Pedro Salinas